Conocí a Ricardo Montelongo una tarde de
verano, allá por 1975 aproximadamente. Me lo presentó
mi amigo Gilberto Cazorla, con el que ya tenía
amistad desde la temporada 69-70, cuando coincidimos e hicimos amistad
por nuestra afición por la música, en el Infantil
Pequeño Barcelona.
Yo estaba cantando en Firestone todavía
y Gilberto, que nos había visto, me comentó
que le parecía que lo que ellos pretendían hacer musicalmente
era más interesante. De hecho, cuando me presentó
a Ricardo en su casa, de inmediato ambos con sendas
guitarras españolas me interpretaron varias piezas. Varios
temas propios o al menos ideas por acabar, muy buenas y un tema
de Paul Simon que, si no recuerdo mal, era "Mrs.
Robinson". Me quedé bastante sorprendido del nivel que
tenían y, aunque estaba en la tesitura de tener que dejar
Firestone, al final me decidí.
Faltaba el batería y días después nos fuimos
los tres a casa de Enrique León, primo de
Ricardo, que al parecer tenía una batería
(cuestión muy importante). Nada más presentárnoslo,
le entramos a saco para que nos hiciera una demostración
de lo que tocaba. Y ...joder !!, se hizo un solo del carajo, como
que me parece que es el mejor que le oído a Enrique.
¡¡Impresionante!!
A la semana siguiente estabamos ensayando en el mismo cuarto de
Enrique, ¡¡muy fuerte!!, y lo primero que ensayamos
fue precisamente el "Roundabout" de Yes
y, sin darle más vueltas al asunto, decidimos que así
se iba a llamar el grupo.
Pocas semanas más tarde nos trasladamos al "solar",
que así llamábamos al local que el padre de Ricardo
tenía en la calle Viriato esquina a Avda. Mesa y López.
Fueron más de dos años ensayando los fines de semana.
Horas y horas juntos, y en muchas ocasiones nos quedábamos
en casa de sus padres (que no estaban y nosotros eramos muy responsables)
y así poder estar los cuatro más tiempo juntos para
componer, eso era en invierno, porque en verano nos veíamos
en el apartamento que también los padres de Ricardo
tenían en la Avda. de la Playa de Canteras. Después
de un baño en la playa y almorzar nos poníamos en
la terraza a componer, viendo llegar el crepúsculo. Aquella
maravillosa aventura, me (nos) la interrumpió la mili...
(sin comentarios).
A pesar de no estar tocando juntos, a menudo nos veíamos
para charlar y contarnos cómo nos iba a cada uno, casi siempre
en la mesa de algún restaurante. En este sentido, durante
algún tiempo nuestro cuartel general fue el Restaurante Australia
en la calle Olof Palme. En los últimos años por mor
de la ubicación del Estudio de Ricardo,
es el Restaurante El Buen Comer, en el Paseo de Lugo.
En 1988, Ricardo me llamó para formar lo
que luego sería Unidad Móvil. En
principio era sólo para hacer todas las fechas de Navidades
en Cuasquías (C/. Venegas). Pero funcionamos tan bien que
estuvimos casi un año con aquella historia. A pesar de que
no habíamos dejado de vernos, volvimos a compartir momentos
fantásticos y emocionantes en lo musical y de estrecha relación
en lo personal. La salsa estaba irrumpiendo y sin llegar a hacer
pachanga fuimos capaces de hacernos con un repertorio muy elegante.
Como a veces me recuerda el propio Ricardo: "En
esa época yo conocí la música de Rubén
Blades gracias a ti ". Pues no sabe el honor que me
hace.
Como consecuencia de aquella experiencia, cuando años más
tarde (1995), Cuasquías ya en la C/. Subida de San Pedro,
organizó la I MUESTRA DE CANCIÓN LATINOAMAERICANA,
Toñín Barrera, dueño y coordinador
de la actividades, me llamó para que participara y estuviera
en el cartel. Después de convencer a Ricardo
(fuera de los escenarios desde hacía tiempo y trabajando
en su disco) le di el sí a la invitación. Era una
oportunidad que no podíamos desaprovechar y, vaya si la aprovechamos.
Volvimos a retomar algunos de los temas que habíamos hecho
con Unidad Móvil, y no fue nada complicado
porque teníamos un grupo base de lujo con Carlos
Teja (Piano), Mario Ferrer Mayín
(Batería) y nada más y nada menos que Pepe
Torres al bajo, ¿qué más podía
pedir? Por supuesto que a pesar de esta superbanda, el fuerte de
aquel recital fueron los temas a dúo entre Ricardo
y yo, sólo con guitarra y voz, que nos transportó
a nuestra época de Roundabout, 20 años
atrás. Sabiendo que todos los que componían el cartel
se iban a decantar por la canción de autor de lo que podíamos
llamar "Latinoamérica profunda", nosotros elegimos
canciones de autores más actuales como Rubén
Blades o Roque Narvaja y hasta una bossa
de Antonio Flores que cantaba Rosarito
(al fin y al cabo es de la misma cultura latina, ¿o no?).
Pues con todo, creo que pusimos lo que se puede llamar una pica
en Flandes, ya que sin ser el estilo de música que hayamos
hecho de forma natural, fuimos capaces de levantar el entusiamo
y arrancar más de un bravo en el numeroso público
que asistió todas las noches de aquella semana. Eso nos llenó
de satisfacción y nos confirmó que todavía
podíamos...!!
En 1996 fallece Pepe Torres y con nuestra participación
con Roundabout, volvemos a coincidir y a ratificar
nuestra forma de entender la música. Dos fines de semana
ensayando en los que hubo momentos que parecía que habíamos
entrado en el túnel del tiempo. La química que había
en el ambiente, generada por todos los elementos, hizo posible que
volviéramos a sentirnos como en los 70´s. Una especie
de "halo mágico" parecía impregnar nuestro
entorno. ¡¡...!!.
Aparte de mi participación en el disco de Ricardo
Montelongo, "NANA ENEA", haciendo voces en un
tema, no volvimos a tocar juntos hasta el pasado 2006, cuando ya
empezamos a trabajar, sin prisa pero sin pausa, en este CD. Ha sido
un año intenso, que empezó con la exposición
de criterios para tener claro la orientación que queríamos
dar al disco o CD, que ya no sé como llamarlo, y la elección
de los temas adecuados para ello, hasta llegar a este resultado
final que nos llena de satisfaccion y que tenemos el placer de compartir
con todos ustedes. En todo este tiempo he dicho que si no lo hubiera
hecho con Ricardo, no lo habría hecho con
nadie.
Todas estas experiencias vividas y muchíiiiiiiiiiiiisimas
más, que sería larguíiiiiiiiiiiiiisimo de contar,
hacen que todavía hoy cuando nos vemos, se nos refleje en
la cara la alegría de vernos, bien en grupo o por separado.
Es algo que yo al menos no sé explicar!! ...y es lo que he
dado en llamar ANTECEDENTES.
Y es que, como ocurre con el mar,
a la amistad no hay que tenerle miedo,
para llevar esa nave a buen puerto,
sólo hay que tenerle respeto.
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